¡Se Tropiezan de Día!
¡Se Tropiezan de Noche!
¡Es Una Constante Batalla Interna!


Mateo 26:41,
"Velad y orad para que no entréis en tentación.
El espíritu está dispuesto,
   mas la carne, es débil
".

Es una interminable batalla interior.
Es la batalla entre el espíritu y la carne. Una batalla que dura toda la vida... esto es, si le permitimos que así sea.



Génesis 6:3,
"Entonces dijo Yahvé: « No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, a causa de su delito; no es más que carne, y serán sus días ciento veinte años. »".

Lucas 24:39,
"Mirad mis manos y mis pies: soy Yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que Yo tengo".

Juan 3:6, "Lo nacido de la carne es carne; y lo nacido del Espíritu es espíritu".

Juan 6:63,
"El espíritu es el que vivifica; la carne para nada aprovecha. Las palabras que Yo os he dicho, son espíritu y son vida".

Romanos 8:1-22,
"De consiguiente nada hay ahora digno de condenación en aquellos que están en Cristo Jesús, y que no siguen la carne. (2) Porque la ley del espíritu de vida, que está en Cristo Jesús, me ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. (3) Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, hízolo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne, (4) a fin de que la justificación de la ley tuviese su cumplimiento en nosotros, que no vivimos conforme a la carne, sino conforme al espíritu. (5) Porque los que viven según la carne, se saborean con las cosas que son de la carne; cuando los que viven según el espíritu, gustan de las que son del espíritu. (6) La sabiduría de la carne es una muerte, en lugar de que la sabiduría de las cosas del espíritu, es vida y paz: (7) por cuanto la sabiduría de la carne es enemiga de Dios; como que no está sumisa a la ley de Dios, ni es posible que lo esté siendo contraria a ella. (8) Por donde los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios. (9) Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, si es que el espíritu de Dios habita en vosotros. Que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, ese tal no es de Jesucristo. (10) Mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto, por razón del pecado, el espíritu vive en virtud de la justificación. (11) Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de la muerte, habita en vosotros, el mismo que ha resucitado a Jesucristo de la muerte dará vida también a vuestros cuerpos mortales, en virtud de su espíritu que habita en vosotros. (12) Así que, hermanos, somos deudores no a la carne, para vivir según la carne, (13) porque si viviereis según la carne, moriréis; mas si con el espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis, (14) siendo cierto que los que se rigen por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. (15) Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para obrar todavía por temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción de hijos en virtud del cual clamamos: Abba, ¡oh Padre! (16) Y, porque el mismo Espíritu está dando testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. (17) Y siendo hijos, somos también herederos: herederos de Dios, y coherederos con Cristo, con tal, no obstante, que padezcamos con él a fin de que seamos con él glorificados. (18) A la verdad yo estoy persuadido de que los sufrimientos de la vida presente no son de comparar con aquella gloria venidera, que se ha de manifestar en nosotros. (19) Así las criaturas todas están aguardando con grande ansia la manifestación de los hijos de Dios. (20) Porque se ven sujetas a la vanidad, no de grado, sino por causa de aquel que les puso tal sujeción, con la esperanza, (21) de que serán también ellas mismas libertadas de esa servidumbre a la corrupción, para participar de la libertad y gloria de los hijos de Dios. (22) Porque sabemos que hasta ahora todas las criaturas están suspirando, y como en dolores de parto".

1Corintios 5:1-7,
"Es ya del dominio público que entre vosotros hay fornicación, y fornicación tal, cual ni siquiera entre los gentiles, a saber: que uno tenga la mujer de su padre. (2) Y vosotros estáis engreídos, en vez de andar de luto, para que sea quitado de en medio de vosotros el que tal hizo. (3) Pero yo, aunque ausente en cuerpo, mas presente en espíritu, he juzgado, como si estuviese presente, al que tal hizo. (4) Congregados en el nombre de nuestro Señor Jesús vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, (5) sea entregado ese tal a Satanás, para destrucción de su carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (6) No es bueno que os  jactéis así ¿Acaso no sabéis que poca levadura pudre toda la masa? (7) Expurgad la vieja levadura, para que seáis una masa nueva, así como sois ázimos porque ya nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolada".

2Corintios 7:1,
"Teniendo, pues, carísimos, tales promesas, purifiquémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, santificándonos cada vez más con un santo temor de Dios".

Gálatas 3:1-3,
"¡Oh, insensátos gálatas! ¿Cómo ha podido nadie fascinaros a vosotros, ante cuyos ojos fue presentado Jesucristo clavado en una cruz? (2) Quisiera saber de vosotros esto solo: si recibisteis el Espíritu por obra de la Ley o por la palabra de la fe. (3) ¿Tan insensatos sois que habiendo comenzado por Espíritu, acabáis ahora en carne?".

Gálatas 5:16-26,
"Digo pues: Andad según el Espíritu, y ya no cumpliréis las concupiscencias de la carne. (17) Porque la carne desea en contra del espíritu, y el espíritu en contra de la carne, siendo cosas opuestas entre sí, a fin de que no hagáis cuanto querríais. (18) Porque si os dejáis guiar por el Espíritu no estáis bajo la Ley. (19) Y las obras de la carne son manifiestas, a saber: fornicación, impureza, lascivia, (20) idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, celos, ira, litigios, banderías, divisiones, (21) envidias, embriagueces, orgías y otras cosas semejantes, respecto de las cuales os prevengo, como os lo he dicho ya, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de los Dios. (22) En cambio, el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, (23) mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley. (24) Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y las conscupiscencias. (25) Si vivimos por el Espíritu, por el Espíritu también caminemos. (26) No seamos codiciosos de vanagloria, provocándonos unos a otros, envidiándonos recíprocamente". 

Gálatas 6:7-9,
"No os engañéis: Dios no se deja burlar: pues lo que el hombre sembrare, eso cosechará. (8) El que siembra en su carne, de la carne cosechará corrupción; mas el que siembra en el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. (9) No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos".

Filipenses 3:3,
"Porque los circuncisos somos nosotros, que servimos en espíritu a Dios y nos gloriamos en Jesucristo, lejos de poner confianza en la carne".

1Pedro 3:18,
"Pues también Cristo murió una vez por todos los pecados, el Justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios. Fue muerto en la carne, pero llamado a la vida por el Espíritu".

1Pedro 4:5-6,
"Pero darán cuenta a Aquel que está pronto para juzgar a vivos y a muertos. (6) Pues para eso fue predicado el Evangelio también a los muertos, a fin de que condenados en la carne, según los hombres, vivan según Dios en el espíritu".

1Tesalonicenses 4:1-8,
"Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que según aprendisteis de nosotros el modo en que habéis de andar y agradar a Dios - como andáis ya - así abundéis en ellos más y más. (2) Pues sabéis qué preceptos os hemos dado en nombre del Señor Jesús. (3) Porque ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os abstengáis de la fornicación; (4) que cada uno de vosotros sepa poseer su propia mujer en santificación y honra, (5) no con pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; (6) y que nadie oprima a su hermano ni le engañe en ningún asunto, porque el Señor es vengador de todas estas cosas, como ya antes os hemos dicho y protestado; (7) porque no nos ha llamado Dios a vivir para impureza, sino en santidad. (8) Así pues el que esto rechaza no rechaza a un hombre, sino a Dios, que también os da su santo Espíritu".


El gran San Agustín (354-430) peleó la batalla durante muchos años. Vivió la primera parte de su vida en la carne. Y un día mientras leía la Biblia, estos versículos inmediatamente lo tocaron y cambió de ser un hombre que vivía en la carne a ser un hombre viviendo en el Espíritu por siempre.

Romanos 13:13-14,
"Andemos como de día, honestamente, no en banquetes y borracheras, no en lechos y lascivias, no en contiendas y rivalidades; (14) antes bien, vestíos del Señor Jesucristo y no os preocupéis de servir a la carne en orden a sus concupiscencias". 

Agustín regresó a la Iglesia, vino a ser sacerdote y después obispo de Hiponia en el norte de África. Él escribió lo que ha sido llamado el segundo libro más popular nunca escrito, segundo a la misma Biblia, "Las Confesiones de San Agustín".



   ©
Escrito por Bob Stanley,  y de septiembre, 2008
"¿De modo que me he hecho enemigo vuestro por deciros la
verdad?"
Gálatas 4:16




 
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