Habrá escuchado que la Iglesia Católica es
prefigurada por el Arca de Noé.
Nadie fuera del arca se salvó del diluvio,
solo aquellas ocho personas dentro del arca fueron salvadas: Noé, su esposa sus
tres hijos y las esposas de sus tres hijos... Génesis 6-8.
"A los que se
resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé
construía el arca. En ella, unos pocos –ocho en total– se salvaron a través del
agua. Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son
salvados..." 1Pet
3:20-21.
Ahora tenemos la nueva Arca de Noé, la Iglesia Católica...
y una
controversia...
(El Concilio) "Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la
Iglesia Católica, no sólo paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos,
puede hacerse participe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el
diablo y sus ángeles, a no ser que antes de su
muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la
unidad en el cuerpo de la Iglesia, que sólo a quienes en él permanecen les
aprovechan para su salvación los sacramentos y producen premios eternos los
ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana.
Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el
nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la
Iglesia Católica".
La primera impresión que uno recibiría de
este decreto que suena bastante áspero, es que la Iglesia ha dicho, que si usted
no es un Católico, usted no tendrá ninguna salvación. Si esta es la conclusión a
la cual usted ha llegado, entonces por favor permítame tratar de hacer una
aclaración. ¿Qué sucede con las almas que nunca han escuchado de DIOS o son
ignorantes de los mandamientos? ¿Automáticamente todos ellos son condenados? No,
no lo son. ¿Qué sucede con las almas que están aisladas de la civilización y el
Evangelio no les ha sido predicado? ¿Son ellos condenados, sin tener culpa
propia, de algo que no tenían ningún control? Desde luego que no, ya que tenemos
un DIOS misericordioso que nos ama y quiere la salvación para toda la
gente.
Esto es mostrado en la Sagrada
Escritura...
Romanos 2:14-15, "En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen
naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son
ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su
corazón."
Todos nosotros
hemos tenido las Leyes de DIOS escritas en nuestros
corazones, y son por lo tanto eligibles para la salvación. Si los incultos
siguen las leyes infundidas por DIOS, ellos verán la salvación.
En cuanto a nuestros
hermanos Protestantes y hermanas, ¿son condenados ellos también?
No, ellos no lo son.
La llave a
esta declaración del Concilio que deja perplejo (a unos) está en el tener un
Bautismo
válido.
Independientemente de que los
Católicos y los no-Católicos lo comprendan o
no, alguien Bautizado por la Iglesia
Católica, o Bautizado válidamente por el método regular aprobado por la Iglesia
por una denominación sancionada como no-Católica, o por individuos que tienen la
intención de hacer lo que la Iglesia hace, es Bautizado en la Iglesia Católica,
o si usted prefiere, la Iglesia que Jesucristo fundó en Mateo
16:18. Lo que esto quiere decir, es
que, todos aquellos que efectúan los requerimientos para el Bautismo mencionados
anteriormente, están unidos a la Iglesia Católica, y por lo
tanto, no están fuera de la Iglesia Católica,
como lo dice el Concilio. Esto cubre
la mayoría de las
denominaciones protestantes, pues la mayor parte de ellas,
mas no todas, están sancionadas
por la Iglesia.
Ahora el verdadero significado,
"Fuera de la Iglesia
Católica, no hay Salvación", es, ' si usted
comprende que la Iglesia Católica es la Iglesia Verdadera, y si usted
rechaza unirse a ella, entonces usted ha rechazado la verdad de la
Iglesia. Al rechazar la Iglesia, usted rechaza a
Jesucristo que la fundó '. Por lo tanto usted está... ' Fuera de la
Iglesia Católica y no hay ninguna salvación '.
Ver Hebreos 6:4-8
15. La Iglesia se siente unida por varios vínculos con todos lo que se honran con el nombre de cristianos, por estar bautizados, aunque no profesan íntegramente la fe, o no conservan la unidad de comunión bajo el Sucesor de Pedro. [14] Pues conservan la Sagrada Escritura como norma de fe y de vida, y manifiestan celo apostólico, creen con amor en Dios Padre todopoderoso, y en el hijo de Dios Salvador, [15] están marcados con el bautismo, con el que se unen a Cristo, e incluso reconocen y reciben en sus propias Iglesias o comunidades eclesiales otros sacramentos. Muchos de ellos tienen episcopado, celebran la sagrada Eucaristía y fomentan la piedad hacia la Virgen Madre de Dios. [16] Hay que contar también la comunión de oraciones y de otros beneficios espirituales; más aún, cierta unión en el Espíritu Santo, puesto que también obra en ellos su virtud santificante por medio de dones y de gracias, y a algunos de ellos les dio la fortaleza del martirio. De esta forma el Espíritu promueve en todos los discípulos de Cristo el deseo y la colaboración para que todos se unan en paz en un rebaño y bajo un solo Pastor, como Cristo determinó. [17] Para cuya consecución la madre Iglesia no cesa de orar, de esperar y de trabajar, y exhorta a todos sus hijos a la santificación y renovación para que la señal de Cristo resplandezca con mayores claridades sobre el rostro de la Iglesia.
16. Por fin, los que todavía no recibieron el Evangelio, están ordenados al
Pueblo de Dios por varias razones. [18] En primer lugar, por cierto, aquel
pueblo a quien se confiaron las alianzas y las promesas y del que nació Cristo
según la carne (cf. Rom., 9,4-5); pueblo, según la elección, amadísimo a causa
de los padres; porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables (cf.
Rom., 11,28-29). Pero el designio de salvación abarca también a aquellos que
reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que
confesando profesar la fe de Abraham adoran con nosotros a un solo Dios,
misericordiosos, que ha de juzgar a los hombres en el último día. Este mismo
Dios tampoco está lejos de otros que entre sombras e imágenes buscan al Dios
desconocido, puesto que les da a todos la vida, la inspiración y todas las cosas
(cf. Act., 17,25-28), y el Salvador quiere que todos los hombres se salven (cf.
1 Tim., 2,4). Pues los que inculpablemente desconocen el Evangelio de Cristo y
su Iglesia, y buscan con sinceridad a Dios, y se esfuerzan bajo el influjo de la
gracia en cumplir con las obras de su voluntad, conocida por el dictamen de la
conciencia, pueden conseguir la salvación eterna..[19] La divina Providencia no
niega los auxilios necesarios para la salvación a los que sin culpa por su parte
no llegaron todavía a un claro conocimiento de Dios y, sin embargo, se
esfuerzan, ayudados por la gracia divina, en conseguir una vida recta. La
Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que entre ellos se da, como
preparación evangélica [20] y dado por quien ilumina a todos los hombres, para
que al fin tenga la vida. pero con demasiada frecuencia los hombres, engañados
por el maligno, se hicieron necios en sus razonamientos y trocaron la verdad de
Dios por la mentira sirviendo a la criatura en lugar del Criador (cf. Rom.,
1,24-25), o viviendo y muriendo sin Dios en este mundo están expuestos a una
horrible desesperación. Por lo cual la Iglesia, recordando el mandato del Señor:
"Predicad el Evangelio a toda criatura (cf. Mc., 16,16), fomenta encarecidamente
las misiones para promover la gloria de Dios y la salvación de todos.
12.
Cfr. Pius IX, Bulla Ineffabilis, 8 dec. 1854: Acta Pii IX, 1, I, p. 616; Denz.
1641 (2803).
13. Cfr. Pius XII, Const. Apost. Munificentissimus, 1 nov.
1950: AAS 42 (1950); Denz. 2333 (3903). Cfr. S. Io. Damascenus, Enc. in dorm.
Dei genitricis, Hom. 2 et 3: PG 96, 721-761, speciatim col. 728 B. - S. Germanus
Constantinop., In S. Dei gen. dorm. Serm. 1: PG 98 (6), 340-348; Serm. 3: col.
361. - S. Modestus Hier., In dorm. SS. Deiparae: PG 86 (2), 3277-3312.
14. Cfr. Pius XII, Litt. Encycl. Ad coeli Reginam, 11 oct. 1954: AAS 46
(1954), PP. 633-636; Denz. 3913. SS. Cfr. S. Andreas Cret., Hom. 3 in dorm. SS.
Deiparae: PG 97, 1089-1109. - S. Io. Damascenus, De fide orth., IV, 14: PG 94,
1153-1161.
15. Cfr. Kleutgen, textus reformatus De mysterio Verbi
incarnati, cap. IV: Mansi 53, 290. Cfr. S. Andreas Cret., In nat. Mariae, sermo
4: PG 97, 865 A. - S. Germanus Constantinop., In annunt. Deiparae: PG 98, 321
BC. In dorm. Deiparae, III: col. 361 D.S. Io. Damascenus, In dorm. B. V. Mariae,
Hom. 1, 8: PG 96, 712 BC - 713 A.
16. Cfr. Leo XIII, Litt. Encycl.
Adiutricem populi, 5 sept. 1895: ASS 15 (1895-96), P. 303. - S. PiUS X, Litt.
Encycl. Ad diem illum, 2 febr. 1904: Acta, I, p. 154; Denz. 1978 a (3370). -
Pius XI, Litt. Encycl. Miserentissimus, 8 maii 1928: AAS 20 (1928) P. 178. Pius
XII, Nuntius Radioph., 13 maii 1946: AAS 38 (1946) P. 266.
17. S.
Ambrosius, Epist. 63: PL 16, 1218.
18. S. Ambrosius, Expos. Lc. II, 7:
PL 15, 1555.
19. Cfr. Ps.-Petrus Dam., Serm. 63: PL 144, 861 AB. -
Godefridus a S. Victore. In nat. B. M., Ms. Paris, Mazarine, 1002, fol. 109 r. -
Gerhohus Reich., De gloria et honore Filii hominis, 10: PL
194,1105AB.
20. S. Ambrosius, l. c. et Expos. Lc. X, 24-25: PL 15, 1810.
- S. Augustinus, In lo. Tr. 13, 12: PL 35, 1499. Cfr. Serm. 191, 2, 3: PL 38,
1010; etc. Cfr. etiam Ven. Beda, In Lc. Expos. I, cap. 2: PL 92, 330. - Isaac de
Stella, Serm. 51: PL 194, 1863 A.