La Unica Iglesia Verdadera...
Padre
Arnold Damen S.J.
La Unica Iglesia Verdadera, por el Padre Arnold Damen
S.J.(1815-1890)
Sobre este artículo y su autor:
El padre Albert Damen nació en el
norte de la provincia de Brabante, en Holanda, el 20 de Marzo de 1815. Fue
admitido en la Sociedad de Jesús el 21 de Noviembre de 1837, siendo uno de los
novicios jóvenes traídos a los Estados Unidos por el padre DeSmet, renombrado
Jesuita misionero entre los indígenas americanos. En su ilustre carrera de
trabajo apostólico durante aproximadamente 50 años antes de su muerte el 1ro. de
Enero de 1890, el padre Damen y sus compañeros llevaron a cabo misiones en casi
todas las ciudades principales de los Estados Unidos Americanos. Se dice que fue
muy conocido en ese país y que en un momento dado ejerció individualmente mayor
influencia que cualquier obispo o sacerdote de la Iglesia Católica.
No es de sorprenderse que dado a su presencia majestuosa y don de elocuencia,
el padre Damen logró como misionero un éxito nunca antes alcanzado o entonces
conocido en los Estados Unidos. El celo apostólico de este sacerdote querido y
piadoso no puede ser medido solamente por las doce mil conversiones al
catolicismo de las que él fue responsable, recibiendo frecuentemente de sesenta
a setenta almas en la iglesia en un solo día, sino que debemos hacer hincapié en
que además de su extraordinaria labor, fue también capaz de fundar y organizar
las grandes instituciones Jesuitas de Chicago.
¿Qué explica el incesante e inspirador éxito del padre Damen? Un escritor lo
expresó así, "A él no le importaba el aplauso o la crítica sino que trabajaba
para salvar almas." En otras palabras, sus nobles logros fueron frutos de una
inmensa caridad. Y eso es, caridad en su sentido más verdadero: El amó tanto a
Dios y a sus hermanos que no escatimaba ningún esfuerzo o energía necesaria para
rescatar a un alma de la obscuridad y del error espiritual, causantes de su
perdición eterna. Y para este santo Jesuita, ese era ciertamente el destino
siempre presente para aquellos fuera de la única y verdadera Iglesia.
El padre Damen predicó en un tiempo muy reciente al nuestro, cuando los
católicos universalmente no solo creían sino que vivían por el declarado,
infalible, inmutable y constante dogma de fe: "Fuera de la Iglesia no hay
salvación." De hecho, este fue todo su credo y enseñanza, con los cuales
efectivamente convirtió a tantas almas.
Nos da mucha satisfacción reimprimir el tan convencedor sermón del padre
Damen, "La Unica Iglesia Verdadera," sin edición alguna, exactamente como fue
publicado originalmente poco después de su muerte en 1890. Al hacerlo así
tenemos dos propósitos: Uno es recordar a nuestros hermanos católicos de
cualquier rango o dignidad dentro de la Iglesia, que la creencia inequívoca en
la doctrina de salvación no es solamente esencial para recuperar la fe de los
graves errores que actualmente la corrompen, sino que, es la marca inseparable
de la verdadera Iglesia militante. El segundo propósito y muy importante por
supuesto, es el de exhortar a los católicos a colocar este mensaje vital en las
manos de aquellos no católicos. Al hacerlo, todos ustedes colaboradores
apostólicos, continuarán el bendito trabajo del venerable sacerdote, Arnold
Damen.
Nihil Obstat: T.L. Kinkead, Censor Deputatus. Imprimatur: Michael Augustine,
Arzobispo de New York. "La Unica Iglesia que Cristo Estableció es la Iglesia
Católica" "Quien creyere y fuera bautizado, será salvo; mas, quien no creyere
será condenado." -- Marcos XVI, 16.
I.
MIS APRECIADOS Y QUERIDOS CRISTIANOS:
Estas palabras de
nuestro Salvador divino, comprueban, que la fe es necesaria para la salvación, y
sin fe, no hay salvación; sin fe hay condenación eterna. Lean sus propias
Biblias protestantes en el versículo 16 del libro de San Marcos, y lo
encontrarán más firme ahí que en la Biblia católica. Entonces, ¿Qué tipo de fe
debe un hombre tener para ser salvo? ¿Cualquiera? ¿Cómo es eso? Si cualquier fe
lo hace, el mismo diablo sería salvo, pues la Biblia dice que los diablos creen
y tiemblan. Por lo tanto, la religión que profese una persona no es cuestión de
indiferencia; pues debe profesarse la correcta y verdadera religión, pues sin
ello no hay esperanza de salvación, pues se establece como razón, queridos míos
que si Dios revela una cosa o enseña una cosa, quiere ser creído. El no creerle
es insultar a Dios. El dudar de Su palabra, o el creerla con duda y titubeo, es
un insulto a Dios, porque es poner en duda Su sagrada palabra. Debemos, por
ende, creer sin duda ni vacilación.
He dicho, --- fuera de la Iglesia
Católica no hay fe divina --- no puede haber fe divina fuera de la Iglesia.
Algunos de los amigos protestantes se quedarán pasmados ante esto, al escucharme
decir que fuera de la Iglesia Católica no hay fe divina, y que sin fe no hay
salvación, sino condenación. Comprobaré todo lo que he dicho. He dicho que fuera
de la Iglesia Católica no puede haber fe divina. ¿Qué es fe divina? Creer algo
bajo la autoridad de Dios, sin duda ni vacilación.
Ahora, todos los hermanos
separados fuera de la Iglesia Católica procuran la interpretación privada como
su guía; pero la interpretación privada de la Biblia nunca podrá darles fe
divina. Permítanme, por ejemplo, suponer por un momento, que aquí hay un
presbiteriano; él lee su Biblia y de su lectura llega a la conclusión de que
Jesucristo es Dios. Bien, ustedes saben que ésta es la doctrina más esencial de
todas las doctrinas cristianas --- la base de todo el cristianismo ---. De la
lectura de su Biblia llega a la conclusión de que Jesucristo es Dios; y es un
hombre sensible, un hombre inteligente, sin ser un hombre pretencioso.
Y
dice: "Aquí está mi vecino unitario, quien es tan razonable e inteligente como
yo, tan honesto, conocedor y tan devoto como yo, y de la lectura de su Biblia
llegó a la conclusión de que Cristo no es Dios de ninguna forma. "Ahora" dice
él, "dentro de mi mejor opinión y criterio, yo estoy en lo correcto, y mi amigo
unitario está equivocado; pero, después de todo, - dice él - pudiera yo estar
equivocado, tal vez no tengo el sentido correcto del texto, y si estoy
equivocado, quizá él esté en lo cierto después de todo, pero, dentro de mi mejor
criterio y opinión, yo estoy en lo correcto y él está equivocado." ¿En qué cree
él? ¿Bajo qué autoridad? En su propia opinión y criterio. ¿Y cuál es ese? Una
opinión humana, testimonio humano y equivocado, por lo tanto, una fe humana. El
no puede decir convencido, "Estoy seguro, totalmente seguro, tan seguro como de
que hay un Dios en el cielo, que este es el significado del texto." Entonces, no
tiene otra autoridad que su propio criterio y opinión, y lo que su predicador le
cuente. Pero su predicador es un hombre inteligente. También existen muchos
predicadores unitarios inteligentes, mas eso no prueba nada; es solamente
autoridad humana y nada más, por lo tanto, solo fe humana. ¿Qué es fe humana? La
creencia de algo bajo el testimonio de alguna persona. Fe divina es la creencia
de algo bajo el testimonio de Dios.
II.
El católico tiene fe divina, ¿por qué? Porque el católico
dice: "Yo creo en esto y creo en esto otro." ¿Por qué? "Porque la iglesia me lo
enseña así." ¿Y por qué le crees a la iglesia? "Porque Dios me ha ordenado creer
las enseñanzas de la iglesia; y Dios me ha advertido con la condenación si no le
creo a la iglesia y hemos sido enseñados por San Pedro en su epístola, que no
hay profecía o interpretación privada de las escrituras, pues el ignorante e
inestable captura de la misma escritura de la Biblia, su propia condenación."
Ese es un lenguaje muy fuerte queridísimos míos, pero así es el lenguaje de San
Pedro, el líder de los apóstoles.
El ignorante e inestable captura de la
Biblia, ¡su propia condenación! Y aun así, la Biblia es el libro de Dios,
lenguaje de inspiración; por lo menos cuando tenemos una verdadera Biblia, como
la tenemos los católicos, y ustedes protestantes no la tienen. Pero, mis
queridísimos amigos protestantes, no se ofendan porque digo esto. Sus propios
predicadores y obispos más conocedores les dicen esto, algunos de ellos han
escrito volúmenes enteros probando que la traducción inglesa que ustedes tienen,
es muy defectuosa y una traducción falsa. Por lo tanto, ahora, digo que la
Biblia verdadera es como la tienen los católicos, la Vulgata latina; y los más
doctos entre los mismos protestantes han estado de acuerdo en que la Biblia
Vulgata latina que siempre utiliza la Iglesia Católica, es la mejor en
existencia; por consiguiente como ya habrán percibido cuando predico, expongo el
texto en latín, porque el texto en latín de la Vulgata es el mejor en
existencia.
III.
Ahora bien, dirán que los católicos reconocemos la Palabra de
Dios como un lenguaje de inspiración y que por lo mismo, estamos seguros de que
tenemos la Palabra de Dios. Pero queridos míos, incluso lo mejor de lo mejor
puede ser abusado, lo mejor de lo mejor, por lo cual nuestro Salvador divino,
nos ha proveído con un maestro que vive, quien nos proporciona el verdadero
sentido de la Biblia. Y El nos ha provisionado un maestro con infalibilidad;
Esto fue absolutamente necesario, ya que sin ello --- sin infalibilidad--- nunca
podríamos estar seguros de nuestra fe.
Debe haber infalibilidad, y
observamos que en cualquier gobierno bien organizado, sea Inglaterra, sea los
Estados Unidos y en cada país, imperio y republica, existe una constitución y
una ley suprema. Pero nadie goza de la libertad para explicar la ley suprema y
la constitución como lo sienta cómodo, ya que no habría ley alguna si a cada
individuo se le permitiera explicar la ley y la constitución como mejor le
pareciera. Por esto en todos los gobiernos existe un juez supremo y un tribunal
supremo de justicia; Al juez supremo se le refieren todos los distintos
entendimientos de la ley y la constitución. Todos deben acatar las decisiones
del juez supremo, y si no lo hacen, queridos míos, no habría más ninguna ley,
sino anarquía, desorden y confusión.
Nuevamente, supongamos por un momento
que el bendito Salvador hubiera sido menos sabio que cualquier gobierno humano,
y que El no nos hubiera proveído con lo necesario para el entendimiento de Su
constitución y Su ley para la Iglesia de Dios. Si no lo hubiera hecho así,
queridísimos míos, nunca la Iglesia hubiera podido sostenerse como lo ha hecho
de pié durante los últimos mil ochocientos cincuenta y cuatro años. Entonces, El
estableció un tribunal supremo y un juez supremo para la Iglesia del Dios vivo.
IV.
Es admitido y reconocido, tanto por protestantes como por
católicos que Cristo ha establecido una Iglesia; y aunque parezca extraño
decirlo, todos nuestros amigos protestantes, reconocen también que El ha
establecido solo una Iglesia --- solo una Iglesia--- que, cuando Cristo habla de
Su Iglesia, es siempre en singular. Los lectores de la Biblia recuerdan que, mis
amigos protestantes pongan atención, El dice: "Escuchen a la Iglesia" no, ---
escuchen a las iglesias --- "He edificado Mi Iglesia sobre una piedra" --- no
Mis iglesias. Cuando El habla de Su Iglesia sea en parábola o en sentido
figurativo, siempre transmite a la mente una unión, una unidad.
El habla de
su Iglesia como de un rebaño, en el cual solo hay un pastor --- quien es la
cabeza de todos, y las ovejas están hechas a seguir su voz --- "otras ovejas
tengo que no pertenecen a este rebaño." Observemos, un solo rebaño. El habla de
Su Iglesia como de un reino, en el que solamente hay un rey que rige a todos;
habla de Su Iglesia como de una familia en la cual solo hay un padre al frente
de todos; Habla de Su Iglesia como un árbol, y todas las ramas de ese árbol
están unidas al tronco, y el tronco a la raíz; Cristo es la raíz, el tronco es
Pedro y los Papas, las ramas grandes son los obispos, y las pequeñas los
sacerdotes y las frutas que crecen de ese árbol son los fieles de todo el mundo;
y la rama --- dice El --- que es cortada del árbol se secará, no producirá
fruto, y servirá solamente para el fuego, eso es la condenación.
Queridísimos míos, esto es lenguaje puro, sin necesidad de ocultar la
verdad. Quiero hablarles a ustedes con la verdad, como lo hicieron los apóstoles
en su tiempo --- no hay salvación fuera de la Iglesia de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo ---.
V.
Bien, ¿Cuál es la Iglesia? Actualmente existen ya trescientas
cincuenta diferentes iglesias protestantes, y casi anualmente dos o tres más se
agregan a la lista; separada de éste número está la Iglesia Católica. ¿Cuál de
todas en esta variedad de iglesias es la de nuestro Señor y Salvador Jesucristo?
Todas dicen ser la iglesia de Jesús. Pero, queridos míos, es evidente que
ninguna iglesia puede ser la Iglesia establecida por Jesús exceptuando la que El
mismo estableció. Y ¿Cuándo es que Jesús estableció Su Iglesia? ¿Cuándo? Cuando
El caminó en esta tierra. ¿Hace cuánto tiempo estuvo Cristo en la tierra?
Ustedes saben que nuestra era cristiana se originó a partir de El. El nació hace
muchos siglos, éste es un hecho admitido por todos. Hace diecinueve siglos, y
vivió en la tierra durante treinta y tres años. Ese es el tiempo en el que
Cristo estableció Su Iglesia en la tierra.
Entonces, cualquier iglesia que no
haya existido por todo ese largo tiempo, no es la Iglesia de Jesucristo, sino
una institución o el invento de un ser humano o de alguien más que no es de Dios
ni de Cristo.
Ahora, ¿en dónde está la Iglesia, y cuál es la Iglesia que ha
existido durante todo ese tiempo? La historia completa nos informa que es la
Iglesia Católica; ella y solamente ella de en medio de todas las denominaciones
cristianas sobre la faz de la tierra, ha existido todo ese tiempo. Digo, toda la
historia es testimonio de esto, no solamente la historia de la Iglesia Católica,
sino la historia pagana, la historia judía y la historia protestante
indirectamente. Entonces, la historia de todas las naciones, de toda la gente,
anida el testimonio de que la Iglesia Católica es la más antigua, la primera, la
única establecida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Si hubiere
cualquier predicador protestante que pudiere comprobar que la Iglesia Católica
ha venido a existir después de aquél tiempo, permítanle venir a verme, que le
voy a dar mil dólares. Mis estimados y queridos predicadores, aquí hay una
oportunidad de hacer dinero --- mil dólares para ustedes. No solo toda la
historia, pero todos los monumentos antiguos dan testimonio de esto, y todas las
naciones de la tierra lo proclaman. Pregúntenle a uno de sus predicadores cuál
fue la primera Iglesia --- la primera Iglesia Cristiana ---. ¿Acaso fue la
presbiteriana, la episcopal, la iglesia de Inglaterra, la metodista, la
universalista o la unitaria? Y les contestarán que fue la Iglesia Católica, pero
mi querido amigo, si admiten que la Iglesia Católica fue la primera siendo así
la más antigua --- la Iglesia establecida por Cristo --- ¿Por qué no son
católicos? A ésta pregunta responderán que la Iglesia Católica se ha tornado
corrupta; ha caído en el error, y que, por lo tanto, fue necesario establecer
una nueva iglesia. Una nueva iglesia, una nueva religión. Y a esto nosotros
contestamos: que si la Iglesia Católica fue una vez la verdadera Iglesia,
entonces aun lo es, y seguirá siéndolo, la verdadera Iglesia de Dios hasta el
final de los tiempos, o Jesucristo nos engañó. Escúchenme, ¡Jesús, escucha lo
que digo! Digo que si la Iglesia Católica actual, en el siglo diecinueve, no es
la verdadera Iglesia como lo era hace 1854 años, entonces digo, ¡Jesús nos has
engañado y eres un impostor! Y si no hablo con la verdad, Jesús, que caiga yo
muerto aquí en el púlpito, pues ¡no quiero predicar una religión falsa!
VI.
Comprobaré lo que acabo de decir. Si la Iglesia Católica ha
sido alguna vez la verdadera Iglesia de Dios, como lo es admitido por todos,
entonces aun es la verdadera Iglesia, y será la verdadera Iglesia de Dios hasta
el final de los tiempos, pues Cristo prometió que las puertas del infierno no
prevalecerán contra Su Iglesia. Dijo haberla edificado sobre una piedra y que
las puertas del infierno nunca prevalecerían contra ella.
Bien queridos
míos, si la Iglesia Católica ha caído en el error, entonces las puertas del
infierno prevalecieron contra ella, de esta forma Cristo no cumplió su promesa,
por lo tanto nos ha engañado, y si nos engañó ¡es un impostor! Entonces no es
Dios, y si no es Dios, todo el cristianismo es una trampa y una imposición.
Nuevamente, en San Mateo, capítulo XXVIII versículos 19 y 20, nuestro divino
Salvador dijo a sus apóstoles: "Id, pues, y haced discípulos a todos los
pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a conservar todo cuanto os he mandado. Y he aquí que yo con
vosotros estoy todos los días, hasta el fin del mundo.
Pero Cristo no puede
permanecer con la iglesia que enseña errores o falsedad o corrupción. Por lo
tanto, si la Iglesia Católica ha caído en el error y la corrupción, como lo
aseveran nuestros amigos protestantes, entonces Cristo la habrá abandonado, y si
es así, ha roto Su promesa; si El ha quebrantado Su promesa, El ha cometido un
perjurio, y no hay cristiandad alguna.
De nuevo, nuestro divino Salvador
(San Juan capítulo 14) ha prometido que El enviaría a Su Iglesia el Espíritu de
la verdad que permanecerá con ella por siempre. Si entonces, el Espíritu Santo,
que es el Espíritu de la verdad enseña a la Iglesia toda la verdad y la enseña
plenamente por siempre, nunca ha habido, y nunca podrá haber un solo error en la
Iglesia de Dios, porque en donde se encuentra toda la verdad, no puede existir
el error de ninguna forma. Cristo ha prometido solemnemente que enviaría a su
Iglesia el Espíritu de la verdad, quien enseñaría toda la verdad por siempre;
por lo tanto, no puede haber existido error alguno en la Iglesia de Cristo, si
lo hubiera habido, Cristo ha fracasado en Sus promesas.
Otra vez, Cristo nos
manda a escuchar y creer las enseñanzas de la Iglesia en todo; todo el tiempo y
en todos los lugares. El no dijo, escuchen a la Iglesia durante mil años o por
mil quinientos años, sino escuchen a la Iglesia, sin limitación alguna, sin
reservas o restricciones de tiempo. Esto es, todo el tiempo y en todas las cosas
hasta el final del tiempo, y aquél que no escuchare a la Iglesia, que sea para
ti como un pagano y un publicano.
Así, Cristo dice que aquellos que rechacen
el escuchar a la Iglesia deben ser vistos como paganos, y ¿qué es un pagano?
Aquél que no adora al verdadero Dios; un publicano es un pecador público. Este
es lenguaje fuerte. ¿Podría Cristo mandarme a creerle a la Iglesia si la Iglesia
me ha desviado? --- ¿pudiera llevarme al error? Si la enseñanza de la Iglesia
fuera corrupta, ¿podría El, el Dios de la verdad, ordenarme escuchar y a creer
las enseñanzas de la Iglesia que El estableció, sin restricción o limitación
alguna?
De nuevo: Nuestro divino Salvador nos manda escuchar y creer las
enseñanzas de la Iglesia de la misma forma que si El mismo nos estuviera
hablando. "Quien a vosotros escucha" dice El, en su encargo a los apóstoles, "a
Mí me escucha; Y quien a vosotros rechaza, a Mí me rechaza." Entonces, cuando
creo lo que la Iglesia enseña, creo lo que Dios enseña. Al rechazar lo que la
Iglesia enseña, rechazo lo que Dios enseña. Así Cristo ha hecho de la Iglesia el
instrumento por el cual El habla a los hombres y nos dice con seguridad que
debemos creer las enseñanzas de la Iglesia como si El mismo nos estuviera
hablando. Por lo tanto, dice San Pablo en su epístola a Timoteo, "la Iglesia es
el cimiento" --- esto es, el fundamento firme --- "y la columna y soporte de la
verdad" y en el momento en que abandones la autoridad de la Iglesia de Dios
induces todo tipo de errores y doctrinas blasfemas. ¿Acaso no es posible
verlo?
VII.
En el siglo dieciséis los protestantes abandonaron la
autoridad de la Iglesia constituyendo así a cada individuo juez propio de la
Biblia, y ¿cual fue la consecuencia? Religión tras religión, iglesia tras
iglesia, surgieron en existencia, y hasta nuestros días no han cesado de surgir
nuevas iglesias.
Cuando serví mi misión en Flint, Michigan, invité, como lo
he hecho en ésta ocasión, a mis amigos protestantes a venir a verme. Un hombre
bueno e inteligente vino y me dijo: "Aprovecharé esta oportunidad para conversar
con Usted." "¿A qué Iglesia pertenece mi amigo? " Pregunté "A la Iglesia de los
Doce Apóstoles," contestó él. "¡Hmmmm!" Expresé, "yo también pertenezco a esa
Iglesia. Pero dígame Usted, ¿en dónde inició su iglesia?" "En Terre Haute,
Indiana," respondió él. "¿Quién comenzó la iglesia y quienes eran los doce
apóstoles mi amigo?" Pregunté "Eran doce agricultores" dijo él; "Todos
pertenecemos a la misma iglesia --- la presbiteriana --- pero tuvimos una riña
con nuestro predicador y nos separamos de él empezando una iglesia nosotros
mismos." "Y eso," dije, "es los Doce Apóstoles a los que pertenece--- ¡doce
agricultores de Indiana! La iglesia vino a existir hace alrededor de treinta
años." Hace algunos años cuando yo estaba en Terre Haute, pedí que me enseñaran
la iglesia de los Doce Apóstoles, fui llevado a una ventana con la
especificación de que "ya no existe" según el informante, ahora es usada como
una bodega en donde "actualmente hacen carretas."
De nuevo, San Pablo en su
epístola a los Gálatas, dice: "Aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo
os predicase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema."
Este es el lenguaje de San Pablo, porque, queridos y amados míos, la religión
debe venir de Dios, no de hombre. Ningún hombre tiene el derecho de establecer
una religión; ningún hombre tiene el derecho de dictar a su compañero lo que
debe creer y lo que debe hacer para salvar su alma. La religión debe venir de
Dios, y cualquier religión no establecida por Dios es una religión falsa, una
institución humana y no una institución de Dios; por eso mismo San Pablo dice en
su epístola a los Gálatas, "Aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os
predicase un nuevo Evangelio, una nueva religión, que sean anatema."
VIII.
Claro está, queridos y amados míos desde el texto de la
Escritura que he mencionado, que si la Iglesia Católica ha sido una vez la
verdadera Iglesia, entonces aun es la verdadera Iglesia. También han visto por
lo que he dicho, que la Iglesia Católica es la institución de Dios, y no de
hombre alguno, y esto es un hecho, un hecho de la historia, y no hay hecho de la
historia tan soportado, y tan bien comprobado, como lo es el hecho de que la
Iglesia Católica es la primera, la Iglesia establecida por Jesucristo.
De la
misma forma, es un hecho histórico que todas esas iglesias protestantes son
instituciones de hombres --- cada una de ellas. Y les daré las fechas, y los
nombres de sus fundadores o institutores. En el año de 1520 --- hace 368 años
--- apareció el primer protestante del mundo. Antes que él, no había habido
protestante en el mundo, ni siquiera uno solo en la faz de la tierra, y ese uno,
como lo dice la historia, fue Martín Lutero, quien era un sacerdote católico que
por orgullo se retiró de la Iglesia, contrayendo matrimonio con una monja. El
fue excomulgado de la Iglesia, excluido, desterrado, e hizo una nueva religión
por él mismo. Antes de Martín Lutero no existía protestante alguno en todo el
mundo; él fue el primero en elevar los niveles normales de rebelión y
sublevación contra la Iglesia de Dios. El dijo a sus discípulos que deberían
tomar la Biblia como su guía, y así lo hicieron.
Pero pronto hubo riñas con
él; Zuinglius, y otros más, independientemente, comenzaron una nueva religión
por ellos mismos. Posteriormente a los discípulos de Martín Lutero surgieron
John Calvin, quien estableció en Génova la religión presbiteriana, casi todas
esas religiones son llamadas por el nombre de sus fundadores.
Pregunto al
protestante "amigo mío, ¿por qué eres Luterano?" "Bueno," dice él "porque creo
en la doctrina del buen Martín Lutero" He aquí el meollo del asunto, no de
Cristo sino de hombre --- Martín Lutero. Y ¿qué tipo de hombre es él? Un hombre
que ha quebrantado el juramento solemne hecho ante el altar de Dios durante su
ordenación, de llevar siempre una vida de celibato, pura y casta. Rompió el
juramento solemne y se casó con la hermana Catherine, quien igualmente, había
hecho el mismo juramente de castidad y virtud. Y este es el primer fundador del
protestantismo en el mundo. El mismo nombre por el que son conocidos especifica
que vienen de Martín Lutero. Así, los presbiterianos son llamados algunas veces
Calvinistas porque vienen de, o profesan creer en John Calvin.
IX.
Después de ellos vino Enrique VIII quien era católico, y
defendió la religión católica; escribió un libro contra Martín Lutero en defensa
de la doctrina católica. Hace algunos años estando en Roma vi ese libro en la
biblioteca del Vaticano. Enrique VIII defendió la religión, y por haberlo hecho
fue nombrado por el Papa "Defensor de la Fe." Su libro vino a formar parte de su
herencia y actualmente está en poder de la reina Victoria.
El estaba casado
con Catalina de Aragón; Pero en su corte había una dama de honor de la reina
llamada Ann Boleyn, quien era una mujer muy hermosa, con apariencia cautivadora.
Enrique estaba determinado a tenerla, y siendo un hombre casado presentó al Papa
una petición para que le permitiera casarse con ella --- petición necia, pues el
Papa no tenía el poder de conceder dicha plegaria. Ni el Papa ni ningún obispo
del mundo pueden ir en contra de la voluntad de Dios.
Cristo dijo: "Quien
repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, y si
una mujer repudia a su marido y se casa con otro, ella comete adulterio." Puesto
que el Papa no accedió a la plegaria de la petición de Enrique, de cualquier
forma, él tomó a Ann Boleyn, siendo excomulgado de la Iglesia. Después de un
tiempo, hubo otra dama de honor, más hermosa que la primera, bella y encantadora
a los ojos de Enrique. Este dijo que debía tenerla también. Así tomo una tercera
esposa, una cuarta, una quinta, siguiéndole una sexta.
Este es el fundador
de la iglesia anglicana, la iglesia de Inglaterra; por lo tanto sucede que es
nombrada la Iglesia de Inglaterra. Nuestros amigos episcopales, actualmente
hacen grandes esfuerzos por llamarse católicos, pero nunca lo lograrán, bien
saben que el nombre Católico es un nombre grandioso y les gustaría
poseerlo.
Los apóstoles dijeron: --- Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Católica" --- nunca dijeron: "en la iglesia anglicana" Los anglicanos
niegan su religión, pues afirman creer en el Espíritu Santo, la santa Iglesia
Católica. Pregúntenles si son católicos, y contestan que "Sí, pero no católicos
romanos; somos católicos ingleses." ¿Cuál es el significado de la palabra
católico? Viene de la palabra griega "kath'holon" --- universal ---esparcida por
todo el mundo, siendo igual en todos los lugares. Bien, antes que nada, la
iglesia anglicana no está esparcida en todo el mundo, ni es la misma en todas
partes, solamente están en donde se habla inglés. En segundo lugar, no son los
mismos en todo el mundo pues actualmente existen cuatro diferentes iglesias
anglicanas. La iglesia baja, la iglesia alta, la iglesia ritualista y la iglesia
puseyista.
"Kath'holon" significa mucho más que esto, no solamente en toda
la faz de la tierra y en todos los lugares es la misma, sino que es la misma sin
límite de tiempo desde Cristo hasta nuestros días. Veamos, ellos no han existido
desde el tiempo de Cristo, nunca hubo una iglesia episcopal o una iglesia
anglicana antes de Enrique XVIII. La Iglesia Católica había existido ya mil
quinientos años antes de que la iglesia episcopal surgiera.
Después de los
episcopales otras diferentes iglesias fueron iniciadas. Después vino la
metodista, hace ciento cincuenta años. Fundada por John Wesley, quien
originalmente era miembro de la iglesia episcopal; Subsecuentemente ingresó a la
hermandad moraviana, pero en desacuerdo, hizo su propia religión --- la Iglesia
Metodista ---. Después de John Wesley surgieron algunos más; y finalmente
llegaron los campbelitas, hace sesenta años. Esta iglesia fue establecida hace
sesenta años por el escocés Alexander Campbell.
X.
Ahora bien, queridísimos míos, ustedes han de pensar que el
hecho de los doce apóstoles de Indiana fue ridículo, y que sin embargo tuvieron
el mismo derecho a establecer una iglesia como lo tuvo Enrique VIII, o Martín
Lutero, o John Calvin. No tenían ningún derecho, ni tampoco lo tuvo Enrique
VIII, ni todos ellos, de ninguna forma.
Cristo ha establecido Su Iglesia y
ha dado Su juramento solemne de que Su Iglesia permanecerá hasta el final del
tiempo; Prometió haberla edificado sobre una piedra, y que las puertas del
infierno nunca prevalecerían contra ella. De aquí queridos míos, todas esas
denominaciones de religión son la invención de hombre; Y les pregunto, ¿Puede un
hombre salvar el alma de sus compañeros a través de una institución que él mismo
pueda fundar? ¿Acaso la religión no debe venir de Dios?
Y, por lo tanto, mis
queridísimos hermanos separados, reflexionen seriamente sobre esto. Ustedes
tienen un alma a ser salva, y esa alma debe ser o salvada o condenada; una o la
otra, morará con Dios en el cielo o con el diablo en el infierno; así es que hay
que meditarlo seriamente.
Cuando serví mi misión en Brooklyn algunos
protestantes se convirtieron al catolicismo. Entre ellos estaba un caballero de
Virginia, de buena educación e inteligente. El era presbiteriano. Después de
haber escuchado mi plática fue a ver a su ministro, pidiéndole que por favor
fuera lo suficientemente bondadoso en explicarle un texto de la Biblia. El
ministro le dio el significado "Ahora bien" dijo el caballero "¿Está seguro y
cierto de que este es el significado del texto? pues otros protestantes lo
explican diferente" "¿Por qué mi querido jóven? Pues nunca podemos estar seguros
de nuestra fe" "Bueno, entonces, adiós" dijo el jóven "Si no puedo estar seguro
de mi fe en la iglesia protestante, iré a donde pueda estarlo", y vino a ser un
católico. En la Iglesia Católica estamos seguros de nuestra fe, y si nuestra fe
no fuera cierta, Cristo nos ha engañado. Por lo que, les ruego, mis hermanos
separados, ustedes mismos busquen literatura católica. Han leído ya bastante en
contra de la Iglesia Católica, háganse una cortesía a ustedes mismos, lean algo
a favor de ella.
No deben nunca hacer una sentencia imparcial sin antes
haber escuchado los dos lados sobre el asunto. ¿Qué pensarían de un juez ante
quien un ofensor es presentado por un policía, que por la opinión de este último
y sin haber escuchado antes su defensa es sentenciado a muerte? "Dénme una
audiencia" pide el pobre hombre "les probaré mi inocencia, yo no soy culpable"
dice él. El policía dice que él sí es culpable. "Bueno, de cualquier forma,
cuélguenlo" dice el juez. ¿Qué dirían ustedes de ese juez? ¡Juez criminal!
hombre injusto ¡Usted es culpable de sangre inocente! ¿No dirían eso? Por
supuesto que sí lo harían. Pues bien, mis queridos amigos protestantes, esto es
lo que han venido haciendo todo el tiempo, escuchando solamente un lado del
asunto y condenándonos a los católicos como una multitud supersticiosa, pobre
gente ignorante, idólatras, sin sentido, diciendo sus pecados al sacerdote, y
que, después de todo, ¿acaso el sacerdote es más que cualquier otro hombre?
Mis queridos amigos, ¿han examinado el otro lado de la cuestión? No, no
creen que valga la pena su tiempo, pero esta es la forma como los judíos
trataron a nuestro Señor y Salvador Jesucristo; Y ésta es la forma como los
paganos y los judíos lidiaron con los apóstoles, los ministros de la Iglesia, y
con los cristianos primitivos.
Permítanme decirles, amigos míos, que nos han
estado tratando precisamente de la misma forma en que los judíos y los paganos
trataron a Jesucristo y a sus apóstoles. Esta noche he dicho cosas fuertes, pero
si San Pablo estuviera con nosotros aquí, en éste púlpito, hubiera dicho cosas
aún más fuertes. Las he dicho, no a través de un espíritu de malicia, sino a
través de un espíritu de amor, un espíritu de caridad, en la esperanza de abrir
sus ojos y de que sus almas sean salvas. Es amor por su salvación, mis
queridísimos hermanos protestantes --- por la cual gustoso daría mi sangre ---
mi amor por su salvación que me ha llevado a predicarles a ustedes como lo he
hecho.
XI.
"Bueno," dicen mis amigos protestantes, "si un hombre piensa
que está en lo correcto ¿podrá no estarlo?" Vamos ahora a suponer un hombre en
Ottawa, que desea ir a Chicago, pero toma un auto hacia New York; el conductor
le pide su boleto; y de inmediato le dice: "Está usted en el auto equivocado
señor, su boleto es para ir a Chicago, y nosotros vamos a New York." "Y ahora
¿qué hago?" Dice el pasajero "Mi intención era buena." "Su intención no irá bien
con usted en el final," dice el conductor, "porque usted llegará a New York en
vez de llegar a Chicago."
Ustedes dicen tener buena intención, mis queridos
amigos, pero la intención no basta para ir al cielo, también deben hacer lo
correcto. "Quien hiciere la voluntad de Mi Padre," dices Jesús, "entrará en el
reino de los cielos." Hay millones en el infierno que tuvieron buena intención.
Deben hacer lo correcto, y asegurarse de que lo hacen bien, para ser salvados.
Agradezco a mis hermanos separados por su bondad al venir a escuchar ésta
plática controversial. Espero no haber dicho nada que les haya ofendido. Por
supuesto, no tendría sentido para mí el no predicar las doctrinas católicas.
Volver a la página principal