Gemas de San Cirilo  



San Cirilo de Jerusalén (315-386), uno de los Padres de la Iglesia y Obispo de Jerusalén, fue un escritor muy prolífico, defensor de la Iglesia Católica y del Concilio de Nicea del año 325. El es citado al igual por Católicos y no-Católicos. En sus muchos escritos, mencionó la Iglesia Católica por nombre muchas veces. 
He aquí algunas de sus "Gemas".
1. "En CUALQUIER acción de Cristo se gloría la Iglesia Católica. Pero el colmo de estas glorias es la Cruz. Pablo, con conocimiento del asunto, dice: «En cuanto a mí, ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo!".
Catequesis # 13, 1

1. "Es, desde luego, una importante doctrina y enseñanza de la Santa Iglesia Católica la fe acerca de la gran resurrección de los muertos. Se trata de algo completamente esencial, cuya verdad, aunque choca realmente con la contradicción de muchos, puede ser plenamente comprobada. Están en contra de ella los griegos, no la creen los samaritanos y la deshacen los herejes. Se la contradice de múltiples maneras, pero es una verdad simple y sencilla".
Catequesis # 18, 1

22. "La Profesión de fe también contiene esto: « Y EN UN BAUTISMO DE CONVERSION PARA EL PERDON DE LOS PECADOS. Y EN LA IGLESIA, UNA, SANTA Y CATOLICA. Y EN LA RESURRECCION DE LA CARNE. Y EN LA VIDA ETERNA ».  Acerca del bautismo y la penitencia ya hablamos en anteriores catequesis. Lo que ahora acabamos de decir sobre la resurrección de los muertos es por aquello de «y en la resurrección de la carne». Hablaremos, pues, de lo que nos queda, sobre lo de « Y en la
Iglesia, una, santa y Católica », en lo cual, aunque se pueden decir muchas cosas, seremos breves.
Catequesis 18, 22

23. "Se le llama « Católica » porque está difundida por todo el orbe desde unos confines a otros de la tierra y puesto que enseña de modo completo, y sin que falte nada, todos los dogmas que los hombres deben conocer sobre las cosas visibles e invisibles, celestiales y terrenas. Y también porque ha sometido al culto recto a toda clase de hombres, príncipes y hombres comunes, doctos e inexpertos. Y finalmente porque sana y cura toda clase de pecados que se cometen con el alma y el cuerpo. Ella (la Iglesia) posee todo género de virtud, cualquiera que sea su nombre, en hechos y en palabras y en dones espirituales de cualquier especie".
Catequesis # 18, 23
26. "
Pero el nombre de « Iglesia » se acomoda a realidades diversas, de modo que también de la multitud que se encontraba en el teatro de los efesios está escrito: «Dicho esto, disolvió la asamblea». También alguien dijo intencionadamente que la «asamblea de malhechores» es el conjunto de los herejes: me refiero a los marcionitas, maniqueos y a los restantes. Por tanto, la fe te muestra muy cautamente que esto es lo que has de sostener: «Y en la Iglesia, una santa, Católica», para que, huyendo de esos grupos abominables, te adhieras siempre a la santa Iglesia Católica, en la cual volviste a nacer. Y si alguna vez viajas por ciudades diversas, no preguntes simplemente dónde está el «Kyriakón», pues también las restantes sectas y herejías de los impíos se esfuerzan en hacer presentables sus madrigueras con el nombre de «Kyriakón», ni simplemente dónde está la iglesia, sino dónde hay una Iglesia Católica, pues éste es el nombre propio de esta santa Iglesia, madre de todos nosotros. Ella es ciertamente la esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios (pues está escrito: «como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella», etc.) y ofrece una imagen y una imitación de «la Jerusalén de arriba», que «es libre; ésa es nuestra madre». Habiendo sido ella anteriormente estéril, ahora es madre de una numerosa prole".
Catequesis # 18, 26



El Cardenal John Newman, convertido del Anglicanismo refiriéndose a los documentos históricos,
 lo dijo mejor que nadie:
"Profundizar en la historia es cesar de ser Protestante".



Compilado el 4 de Septiembre, 2001



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