"¡Lo que Dios juntó, el hombre no lo separe!" Mateo 19:6
Jesucristo ha dicho que aquellos que están unidos en los ojos de Dios estarán
unidos en matrimonio hasta que la muerte los separe.
Divorcio: La disolución legal de un matrimonio, la ruptura del enlace
matrimonial en un ambiente civil. Las leyes civiles de nuestro país aceptan
la premisa de que dos personas unidas en matrimonio pueden terminar
su matrimonio con la bendición del estado.
La Iglesia Católica enseña que si dos personas bautizadas se
casan validamente en los ojos de Dios, ni ellos,
ni el estado, ni la misma Iglesia tienen la autoridad de disolver dicho
matrimonio. La palabra clave aquí es validamente.
Muchas personas piensan que la anulación es en la Iglesia, el equivalente al
divorcio civil. Esto no puede estar más lejos de la verdad.
Anular: Dar por nulo ó inválido un
matrimonio.
Anulación: El acto de hacer ó declarar nulo ó inválido un
matrimonio.
La Iglesia, no obstante, puede examinar un matrimonio que ha fracasado y
determinar si ese matrimonio desde su principio carecía de una cualidad esencial
para ser una unión completa y válida. Este proceso puede llevar seis meses o más
y es realizado por un tribunal de la Diócesis en la que viven los esposos.
Existen muchas razones válidas para que el tribunal otorgue la
anulación. Muchas tienen que ver con los dos esposos, quienes desde un
principio, no revelaron abiertamente uno al otro sus sentimientos sobre ciertos
temas. Enlistaré enseguida solo algunas de las razones válidas como
ilustración:
1. El propósito principal del matrimonio es la procreación
de hijos. Después del matrimonio alguno de los esposos declara "Yo no quiero
hijos". 2. Cualquiera o ambos esposos han sido unidos en matrimonio con una
tercera persona. 3. Uno es homosexual y no lo reveló al otro. 4. Uno tiene
un pasado criminal registrado y no lo reveló al otro.
Hay muchas más
razones válidas para que una anulación sea concedida por la Iglesia. Sugeriría
la consulta con un sacerdote Católico para mayor información a este
respecto.
En resumen: Un divorcio rompe los lazos civiles de un matrimonio.
Una
anulación declara que el matrimonio fue inválido desde su principio. La
anulación no separa lo que Dios ha unido, meramente declara que dicha unión no
era enteramente lo que Dios intentó.